31.10.07

Historias Clinicas


PACIENTE A

Su pensamiento la fuga no tiene ubicación la idea sin lugar de emisión. Se ha vuelto
transparente. transpira, cualquiera entra y sale en su cerebro trepanado su cráneo por
telégrafos sin estarlo en una suspensión coloidal no logra encontrar la idea que acaba
de pensar y el pensamiento que sigue no se sitúa a continuación en la deducción recta
ni el tercero el cuarto abiertamente diverge. La velocidad de aparición lo deja mudo
y es igual a la velocidad de desaparición hurtándole esos instantes donde pretende el
volver a atrás aunque insista hacia atrás un lazo de inferencia no atrapa la idea primera
ni la siguiente que conduzca a ella por desvío desconectado de la primera idea
hacia la que no deja de ir definitivamente perdido y la línea quebrada de los pensamientos que remiten a otro indefinidamente a otros pensamientos cada vez más lejos que no
vuelven sobre sí mismos jamás nunca jamás cesan las voces que vienen de la espalda
dice uno detrás de él o de la pared dice otro y es real esa voz de la silla y las otras que
saben cosas que el ignora ahora entrado en una multitud.

Padece de insomnio. Inventa estrategias para dormir se imagina como un dado
adentro de un cubilete rojo se prohibe todo movimiento que pueda resistir. Se fija
reglas se permite mover la mano si la articulación del codo permanece estática.
No logra nada, demasiadas restricciones lo mantienen despierto. Sufre calambres.
Mal circunscripto apenas una membrana permeable inscripto en un medio fluido,
Un protozoo. Con un impulso sexual desmesuradamente lúcido ligado a la piedra
confiado a la arquitectura en contra de la flacidez. Su excitación depende de la
superposición evocada de tres imágenes como mínimo. El Escorial, el campanario
de la catedral de Colonia, un túnel subfluvial. El procedimento es frágil, no logra
evitar recordar que la catedral fue destruida durante la guerra o conocido solo
por reproducciones el Escorial se le presenta en blanco y negro Para evitarlo
acumula minuto minuto, registros útiles que pone a prueba aquello continuamente, y
por exceso de pruebas, fracasa en toda la extensión del cuerpo pero acierta
infaliblemente en lo infinitesimal donde no tiene tiempo de advertirlo.

A esta velocidad de fuga las ideas no No pueden inscribirse. Entonces vino eso después
de dos frases o tres o cuatro no podía seguir más seguían las palabras pero lo que decía
no estaba no estaban sus pensamientos ni las palabras registradas en una cinta magnética
que al girar las borra disipadas aparecen las premisas y la conclusión porque sin
el pensamiento ha continuado sin él decapitado. La obsesión la falta en él de toda
decisión a enorme velocidad la cosa piensa sin necesidad de él adentro desde afuera
trata de detener los pensamientos que es pensar, detener los pensamientos. Pero no
puede volver atrás no puede sino seguir para adelante rápidamente y es atroz ir
hacia adelante velozmente desplazado, atraído por una insignificancia creciente que
al no poder aumentar su velocidad atroz incrementa su masa.


PACIENTE B

La neuralgia de trigémino es un dolor atroz, un dolor anterior ala invención de la rueda que obliga a arrancarse el cielo de raíz para ver a través de la sangre esa mano capaz de hacer nacer una flor a martillazos que no mata sino que muere en todas las hormigas, una por una, siempre de pie como el mar en los mapas.
Y él ha padecido este dolor como un oficio desconocido y se amaba a sí mismo
como a un prójimo inclinándose a la transparencia, fijado por un eje al éxtasis de las repeticiones intentando salir de la luz reflejándola, entre la inhalación y
la expiración, la interrupción que hace de lo abierto un borde.
Curado, después, no ha vuelto en sí, no se ha recuperado. Regresar es ir más lejos. Como si en un pájaro se hubiese abierto la boca enorme de una ballena, apertura que solo puede corresponder a lo infinito y que nunca volverá a cerrarse. Durante la enfermedad no deseaba estar en su cuerpo que ahora no puede volver a completar el vacío donde solo reencuentra la extensión de su cuerpo desierto donde cabe un planeta y una guerra y dice que está al lado de su cuerpo que está afuera en otra parte, busca su cuerpo que lo persigue. Su cabeza es un paso en el camino de otras cabezas. Necesita caminar mucho para empezar a caminar, atravesar el vértigo del cuerpo inmenso que camina con él. Siempre ocupado en estar, fijamente lejos, sufre una detención si avanza adelante padece una nueva detención, no para de pararse y no vuelve a partir,el pie en el aire y no sabe como seguir el acto que incluye una serie de movimientos de los cuales solo se ha cumplido el primero aislado y definitivo y solidificado el músculo que liga al presente con el futuro.
Concentrado en un punto del tiempo, sin sucesión ni salida, un instante como una puerta cerrada que se abre sin continuidad hacia otra puerta cerrada,
paralelas al infinito en el que no van a intersectarse jamás. Su mano, su brazo
no le pertenecen, es el brazo de otros, segmentado que no corresponde a zona
alguna de inervación, sensibilidad o respuesta motora convertido en brazo doble o
triple que sigue ahí y lo traiciona el brazo que coincide con el brazo que está adelante al tomar el lápiz que le amputa la mano desconocida, la mano del medio
suprimida por un tercer brazo que la aferra. Y es como un cangrejo invadido por las larvas del cirrípedo cabeza, tronco y extremidades, y todo es una multitud de larvas de cirrípedos pero se sigue viendo un cangrejo por afuera. Nunca implicado yo sino aquel en la distancia, igual que el estomago que no se come a sí mismo. Necesita encontrar un arma ahora, y mientras la busca, necesita el dibujo de un arma para no olvidarla.Extirpado indefinidamente por el corte que lo ahueca,sabe como niño, que el único modo de controlar los esfínteres es guardar un secreto y sabe algo que otro no sabe, un lugar donde otro no entra.
En el papel donde esa mano escribe incesantemente lo escrito que se acumula y al acumularse desaparece, desde lo alto de la página la extensión inmensa vuelve, vuelve el desierto o el agua que inunda y arrastra lo que escribe, que no borra lo escrito como la escritura no borra el agua, el desierto que está abajo. Huyendo, incapaz de detenerse, como la electricidad incapaz
de reticencia, escapando de esa guerra, que al escribirla, la provoca. Acuciado
por el tiempo en otro idioma relatan las palabras comprimidas en su masa,
y comer no se escribe comer y dice penetravesado, por la comida, que lo penetra al mismo tiempo que lo atraviesa. Una sola palabra, sin corregir
los errores de la palabra que siempre está empezando a decir, y no puede, la guerra que lo ha cegado, a idea visible de la guerra se ha cerrado como un cofre y no hay salida, aunque encuentre, en el mundo signos evidentes como cuando en la mesa de su habitación aparece un objeto que no conoce, que no tiene nombre, y piensa, eso no es nada, pero está ahí y él lo dibuja, en realidad lo calca, a ese cuadrado como la imagen de una niña, a la que la falta de nombre, a la que lo irreconocible, mediante un complejo mecanismo, estrangula. Y le es imposible apartar la mirada, , no puede nunca dejar de ver siempre, encandilado,con los ojos abiertos a mediodía y los párpados pintados por adentro de amarillo.





PACIENTE C

Solo hay razonamiento de lo escaso. Pueden relacionarse lógicamente cuatro o cinco, luego hasta nueve o diez, la inferencia depende del azar, después del décimo enunciado ya no es posible derivación alguna.
Del mismo modo, el enfermo, demasiado consciente de sí mismo incapaz de experimentar lo contínuo, solo puede realizar acciones discretas cuyo número no sea mayor a cuatro o cinco sin que la orientación se pierda. Se pone de pie para levantarse, se calza los zapatos para salir de la habitación, se peina en el espejo, abre la puerta, apaga la luz. Si se trata de agregar una quinta acción a la conciencia, debe olvidarse, desplazarse a lo accidental, una de las anteriores, para que la totalidad del movimiento no se borre y el paciente se paralice. Capturado en una perspectiva lógica aterradoramente estrecha, para bajar la escalera debe olvidar que se ha levantado. Para tomar un vaso
de agua que tiene enfrente realiza un complejo proceso de
ensayo y error, la mano se mueve en una dirección equivocada que a mitad de camino es necesario corregir, cueste lo que cueste, debe hacer un esfuerzo tremendo ante cada intento fallido, Siempre vigilado por otro paralelo al objeto, cuando se mueve el espacio se expande, la mano se entrecruza con la mano y se desvía en su trayectoria. Vuelca el vaso, derrama el agua, lo rompe. Aunque este solo, de inmediato oye a alguien reirse. Camina sin detenerse, permanece de pie hasta el agotamiento, todas las sillas están ocupadas, hay alguien siempre en la cama. Su conciencia, demasiado porosa deja escapar todo contenido. Se sabe siempre vacío y según ese saber, obra y se deshace.
Es necesario que el medio permanezca estable para facilitar el
drenaje, si surgiera un obstáculo, si se perdiera ,por ejemplo un zapato, la concentración en la búsqueda detendría el goteo y las acciones diferidas, mientras se busca el zapato, ocasionan la hinchazón del segundo, la congestión del minuto, detenido, mientras se busca, el tiempo es como una mecha encendida, lo postergado acumula una masa enorme que, finalmente estalla y lo deja afuera, en la multitud de eso que sigue buscando, como un animal que decapitado, continúa corriendo.

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